Por Luciano Villalba
“Lo que no se mide, no se puede controlar, y lo que no se controla, no se puede mejorar”, reza una de las frases célebres de Peter Drucker, gurú del Management, es decir, de la Gestión
Y la Gestión Integral de los RSU es, ante todo, Gestión. Y, por lo tanto, para mejorar, debería medir aquello que hace al éxito del sistema de gestión de residuos. Esto nos lleva a preguntarnos, antes que nada, qué hace un sistema de gestión de residuos exitoso. O lo que es lo mismo, cuáles son los objetivos de la gestión de residuos.
Esta pregunta tiene tantos años como la preocupación sobre el tema. Hace más de 40 años, por ejemplo, se incorporaba a la legislación europea lo que se convertiría en el conjunto de principios básicos de cualquier sistema de gestión de RSU: la jerarquía de residuos.
La jerarquía de residuos parte de la base de que “el mejor residuo es aquel que no se genera”. Si el residuo no puede ser evitado, el objetivo entonces es reducir la cantidad generada mejorando los diseños. Una vez que un producto o material empieza a circular en la sociedad, lo que se busca es que se reutilice. A continuación, una vez que algo se transforma en un residuo, buscamos reciclar los materiales que lo componen. Finalmente, el aprovechamiento energético se prioriza a la disposición final en relleno sanitario o a la incineración sin aprovechamiento.
Volviendo al tema de este post, podemos preguntarnos: ¿Cómo podemos medir la implementación la jerarquía de residuos? Es interesante ver cómo las primeras opciones de la jerarquía, las más deseables, no tienen que ver directamente con “residuos”, ya que refieren a instancias en las cuales todavía no se generó ningún residuo (y esa es la idea, claro).
Medir la GIRSU
Medir la prevención de la generación no es una tarea fácil. ¿Cómo saber cuánto se hubiese generado si no se realizaba las acciones de prevención? Aunque sea algo complejo, los métodos de medición de esta no-generación existen. Sin embargo, antes que nada, lo que puede medirse es la existencia y la importancia de las inversiones en acciones de prevención de la generación.
"El mejor residuo es aquel que no se genera", según la jerarquía de residuos
La reutilización es quizás, de todas las opciones de la jerarquía, la más difícil de medir. Esto puede hacerse por ejemplo con los envases de cerveza, que sabemos que se reutilizan -en promedio- 29 veces ¿Pero cómo medir el traspaso de la ropa usada o cuando cedemos electrodomésticos que no usamos a una/un amiga/a o familiar?
Vamos ahora al reciclaje. Acá las cosas parecen más fáciles. Por fin algo que puede pesarse, y ya. Ahora bien, una pregunta que podemos hacernos es ¿En qué lugar de la cadena de reciclaje pesamos? Podemos pesar lo que los vecinos “separan”. Sin embargo, de lo separado, un porcentaje no será realmente reciclable y deberá descartarse cuando llega al lugar de acopio (en Tandil, los Puntos Limpios). Luego, llegado el momento del acondicionamiento de los residuos para mandarlos a reciclaje (separación definitiva, prensado, etc.) ocurrirán nuevas mermas. Lo que realmente se recicle será aquello que salga del acondicionamiento apto para ser procesado por la fábrica que lo tomará como materia prima. Esto, por suerte, se pesa con precisión, ya que lo que se vende, siempre se pesa.
Obviamente, cuánto más adecuada sea la gestión, más parecidas serán las cantidades separadas por los vecinos y aquellas que efectivamente se reciclen, indicando que los vecinos conocen cómo y qué separar.
Del aprovechamiento energético y de la disposición segura, hablaremos en otro post.
Las estadísticas de la GIRSU en Tandil
Desde la Mesa consideramos que la Gestión Integral de los RSU debe basarse en indicadores confiables. Veamos ahora qué sucede en Tandil con respecto a la medición de la prevención de la generación y con el reciclaje.
En cuanto a la prevención, como dijimos, podríamos empezar por analizar cuál es el presupuesto municipal dedicado a las campañas de prevención de la generación. Lamentablemente, estas no existen. Hablamos, claro, de campañas sistemáticas de información, de programas concretos. Esto sin duda está relacionado con la falta de presupuesto de la Dirección de Ambiente. Dirección que, cuando se abrió el primer Punto Limpio, contaba con 3 personas. Y hoy, que hay 4 Puntos Limpios, sólo tiene 2 personas.
Alguien podrá decir que existe, desde hace un año, una ordenanza municipal de prohibición del uso de bolsas plásticas, es decir, que algo se hizo. Sin embargo, esto no debería asumirse como una política municipal, ya que fue el resultado de un proyecto presentado por el partido GEN a través de la Banca XXI. Luego podríamos preguntarnos, ¿quién controla que esta ordenanza se respete? La respuesta es: nadie.
Las estadísticas sobre reciclaje del Municipio de Tandil tienen dos deficiencias mayores: ignoran a los cartoneros y no están basadas en datos fidedignos
Vayamos ahora al reciclaje. En cuanto a la promoción y concientización sobre el mismo, estamos ante una situación parecida. El único programa permanente está en manos de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos de Tandil, a través de sus Promotoras Ambientales.
En cuanto a las estadísticas sobre el reciclaje que hace poco el Municipio de Tandil publicó su plataforma de indicadores, las mismas tienen dos deficiencias mayores: 1) no tienen en cuenta la recuperación de materiales que hacen los cartoneros; 2) En los materiales más importantes (papel, cartón y PET), lo publicado básicamente duplica lo que realmente recuperaron las instituciones que los comercializan.
Con respecto a la primera deficiencia, en nuestro Monitor GIRSU te mostramos que los cartoneros, con su trabajo de hormiga, son los grandes recicladores de Tandil.
En cuanto a la segunda, vamos a detenernos en las enormes diferencias que existen entre lo que el Municipio dice que se recupera a través de los Puntos Limpios y lo que realmente recuperan las instituciones más importantes, CIANE y el Taller Protegido.
Empecemos por el PET. Para construir el gráfico siguiente, pedimos al Taller Protegido la información de las ventas realizadas a Buenos Aires del material que reciben para los años 2016, 2017 y 2018 (barras azules). Para los dos últimos años, pusimos también en el gráfico lo que el Municipio de Tandil dice que se recuperó a través de los Puntos Limpios (puntos rojos).
Puede observarse que los indicadores municipales duplican lo que realmente recuperó el Taller Protegido en esos años. Las ventas del Taller se mantienen en los años analizados prácticamente estables, con un promedio de poco más de 40 toneladas por año. Esto tiene sentido, ya que en este período el Taller contaba con una sola prensa y trabajaba al tope de su capacidad, la cual rondaba evidentemente las 40 toneladas anuales.
Pasemos ahora a la categoría papel y cartón. Tenemos a continuación el gráfico del total de kg recuperados por CIANE en 2015, 2016 y 2017 (barras azules) y lo que el Municipio publicó en sus indicadores (punto rojo) para 2017 (sólo publicó dos meses de 2018). Nuevamente, vemos que lo que informa el Municipio duplica lo que realmente recuperó la institución en el año de estudio.
Lo que es más interesante todavía, es que lo recuperado por CIANE va disminuyendo año a año, siguiendo en algún modo la tendencia de la actividad económica. Recordemos, nuevamente, que los valores de las barras azules corresponden a aquello que fue pesado.
¿Cómo están funcionando los Puntos Limpios?
Retomando el tema de este post, la información que acabamos de mostrar nos lleva a preguntarnos muchas cosas. Primero que nada, ¿de dónde salen los datos que el Municipio publica en su portal de indicadores? Pareciera que el Punto Limpio no pesa lo que los vecinos de Tandil le traen, ni tampoco lo que está enviando a las instituciones para reciclar.
Si los Puntos Limpios no pesan lo que les llega ni lo que envían, ¿de dónde salen los datos que publica el Municipio?
En segundo lugar, cabe preguntarse ¿cómo están funcionando los Puntos Limpios? Cuando hablamos con las instituciones, las mismas nos confiaron que entre los bolsones que envía el Punto Limpio viene “de todo”. ¿Tendrá esto que ver con que las campañas de concientización son inexistentes?
Si se pesara lo que se envía a las instituciones, al comparar esto con lo que realmente se recupera, tendríamos una medida de cómo están separando nuestros vecinos, y luego se podrían tomar las medidas necesarias. Sin embargo, el Punto Limpio no cuenta con una balanza propia… ¿Tendrá esto que ver con la inexistencia de presupuesto en la Dirección de Ambiente?
Una Gestión Integral de los RSU debe basar su mejora continua en indicadores confiables. Y la medición es, como vimos en este post, un requerimiento fundamental para la toma de decisiones.
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