Para aquellos acostumbrados a escuchar del Municipio de Tandil que “no hay recursos” para mejorar la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) en Tandil, el anuncio de la privatización de una parte del servicio de recolección sumado a un sistema de contenedores, nos hace pestañear largo durante un rato. Le pasa a lxs integrantes de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos de Tandil, responsables mayoritarios del reciclaje en la ciudad, quienes evitan que cientos de toneladas de residuos vayan cada mes al relleno sanitario y desde hace un año les dicen que no hay dinero para aumentar el subsidio que reciben. También a los recolectores del área de Servicios, a quienes les negaron sistemáticamente reparaciones de camiones y la compra de camiones nuevos.
Sin embargo, resulta que el Municipio de Tandil decide pagar más de 4 millones y medio de pesos por mes a un privado para un sistema de contenedores. Es decir, aproximadamente un camión compactador por año o más de 40 subsidios a la Cooperativa, por mes! Pero eso no es todo. La mejor oferta al pliego de condiciones (que analizamos más abajo) ofreció $5.433.600 por mes. Es decir, un 17,44% más de lo que ofreció el Municipio, y a ser actualizado por inflación cada 4 meses.
Un programa que promete costar una fortuna.
La mejor oferta al pliego de condiciones fue un 17,44% mayor de lo que ofreció el Municipio en el pliego
¿Una cuestión de estar a la moda?
De acuerdo a Luciano Lafosse, Secretario de Planeamiento Urbano y Obras Públicas, el objetivo de la medida es el de “modernizar” el sistema de gestión de residuos, de “ponerse a tono con las nuevas tendencias que están surgiendo en distintas ciudades del mundo” (El Eco de Tandil, 2022). Es llamativa la afirmación, porque uno tiende a pensar que un cambio como este se basa en un estudio previo, un diagnóstico o evaluación estratégica, que haya constatado problemas del sistema actual en ciertas zonas y respecto a los usuarios (quejas por bajo nivel de servicio), a los trabajadores (impactos negativos en la salud), a la economía municipal (costos muy altos) o con respecto a la visión estratégica del área (no existe, pero supongamos que podría ser recuperar una gran proporción de los residuos), y que se haya demostrado ventajas del nuevo servicio respecto del que viene a suplantar (o a complementar (ver más abajo). Nada de esto. Aunque, sin embargo, aclara que surge “de los conflictos que hemos tenido con el servicio de recolección” y que entonces “hace un tiempo estamos tratando de encontrar la manera de mejorar las condiciones”.
Podemos preguntarnos entonces: ¿Mejorar las condiciones para quién? Para entender esto es necesario ver a quién se destina el nuevo y millonario servicio.
En el mapa siguiente se puede ver dónde se van a colocar los contenedores, cuántos son y con qué frecuencia se van a recolectar.
Puede verse claramente que el sistema cubre, a excepción del Procrear y Cerro Leones (18 de 128 contenedores), zonas de cabañas, hoteles, barrios privados, casaquintas y las zonas más residenciales de la ciudad. Pagaremos a una empresa privada para que vaya al Golf & Country Valle del Tandil a vaciar 4 contenedores regularmente 3 veces por semana, mientras en barrios como Palermo o Villa Cordobita e incluso Graduados, la recolección es con suerte 2 veces por semana y en días y horarios nunca bien definidos.
Es decir, se trata, básicamente, de un servicio destinado a turistas, a privados y al Tandil ABC1. Es en este sentido que se trata de más de lo mismo. Pareciera que hay un Tandil de primera, con espacios verdes, sendas aeróbicas y un nuevo sistema de recolección de residuos (privado y bien pago, libre de conflictos), y un Tandil de segunda donde todavía faltan servicios básicos, sin cordón cuneta, pocos espacios verdes y donde casi no llega la recolección de residuos.
Más allá de esto, el pliego de condiciones que formuló el Municipio deja muchas preguntas sin responder y nos permite hacer algunas observaciones.
Se trata, básicamente, de un servicio destinado a turistas, a privados y al Tandil ABC1
¿Un servicio complementario o independiente?
El pliego de condiciones que publicó el Municipio tiene una duración de 30 meses. Indica en su Art. 2 que los contenedores “se podrán disponer tanto como complemento del servicio tradicional de recolección manual puerta a puerta, así como también en áreas en las que no resulte apropiado el servicio tradicional”. Es decir que no está claro si las zonas en las que va a haber contenedores tendrán también recolección puerta a puerta o no. Debería sin embargo comunicarse claramente, ya que los vecinos deben hacer una cosa o la otra.
Residuos que no
El pliego define como residuo para este sistema (Art. 4) “todo tipo de material, elemento, desecho, basura y desperdicios provenientes de cada uno de los sitios cercanos a los predeterminados para la ubicación del artefacto. El residuo que podrá volcarse en los recipientes será orgánico o inorgánico”.
Sin embargo, en el Art. 5 se define que, aunque entren en la definición, no se permitirá la disposición en los contenedores de “cacharros” ni de residuos de cortes de pasto ni de poda. No se menciona qué deberían hacer lxs vecinxs con ese tipo de residuos, aunque esperemos que no sea quemarlos ya que muchxs de ellxs viven en zonas serranas y ya sabemos los riesgos que esto conlleva para la problemática de los incendios.
Pero en el Art. 6 dice que para “en los casos en que los contenedores se dispongan en sitios alejados de la ciudad o en lugares que, siendo urbanos, no cuenten con el servicio de recolección manual tradicional, se permitirá a los vecinos colocar dentro de este recipiente los materiales usuales correspondientes a la definición de residuo (...) provenientes de cada uno de los sitios cercanos a los predeterminados para la ubicación del artefacto”.
Lo que no se define es qué sería cercano, ya que así planteado se trata de una medida subjetiva y cualquiera podría interpretar que un contenedor le queda cerca con respecto, por ejemplo, al relleno sanitario.
El pago por contenedor, clin-caja
Una particularidad mayor del pliego es que, si bien es un contrato por 30 meses, la oferta debía realizarse por mes (son los $5.433.600), pero la facturación de la empresa será, de acuerdo al Art. 14, por un “precio unitario” que se fija en “unidad por día [u/día] de los artefactos dispuestos en el lugar de ubicación en los sitios estipulados por el Municipio”.
El Art. 17 aclara que se cotizará “por unidad y por día de presencia en la vía pública a los efectos de la facturación mensual”.
Teniendo en cuenta la mejor oferta realizada y que se trata de 128 contenedores que estarán todo el mes en la vía pública, la empresa debería facturar $1415 diarios por contenedor, un precio a revisar al alza cada 4 meses teniendo en cuenta el índice de precios mayoristas del INDEC.
Si bien esto debe querer evitar pagar por días en los cuales por alguna razón no esté disponible algún contenedor, resulta llamativo que este precio se fije con respecto a esta “primera etapa” en la cual sin dudas el sistema es menos eficiente por la baja densidad poblacional (mayores recorridos por contenedor). Es decir que si el sistema se amplía en zonas de mayor densidad, el precio por contenedor será muy alto respecto a los costos logísticos reducidos que tendrá la ampliación.
Finalmente, llama la atención que los pagos se realizarán “dentro de los 20 días” de recibirse la factura, algo que muchos proveedores municipales sin duda envidiarán.
Si el sistema se amplía en zonas de mayor densidad, el precio por contenedor quedará muy alto para costos logísticos reducidos que tendrá la ampliación
El Valle de Tandil Golf & Country, uno de los lugares a donde legará el sistema de contenedores. Foto: mapio.net
¿Es realmente una mejora para las zonas elegidas?
Si bien se busca una mejora en las zonas en las cuales se plantea el sistema, es importante considerar que en la mayoría de las calles involucradas no hay prácticamente veredas. De alguna manera, se estará obligando a lxs vecinxs a caminar por la calle hasta 250 metros con bolsas de residuos, algo que no está exento de riesgos. ¿Quién será responsable ante un accidente en este contexto?
Por otro lado, se trata de zonas en las que las casas tienen espacio para realizar compostaje y para acumular reciclables durante un cierto tiempo. Quizás la mejor solución para estos hogares (y a nivel costos) ante el servicio deficiente era garantizar dos recorridos semanales para el rechazo y de una vez por semana (o incluso un recorrido cada dos semanas) para los reciclables.
¿Está bien diseñado?
La literatura científica relativa a los sistemas de recogida y recolección de RSU aconseja el uso de contenedores para residuos mezclados solo para zonas de alta densidad poblacional. Todo lo contrario de lo que sucede en este caso. Además, se aconseja que el contenedor no esté a más de 50 metros del hogar y no a 250 metros como en este caso. Un sistema con estas distancias, llamado generalmente de áreas de aportación, es adecuado para residuos que no se generan diariamente o para los reciclables.
Se estará obligando a lxs vecinxs a caminar por la calle hasta 250 metros con bolsas de residuos, algo que no está exento de riesgos. ¿Quién será responsable ante un accidente en este contexto?
Por otro lado, el dimensionamiento de los contenedores, así como su cantidad y ubicación, deberían tener en cuenta, además de la frecuencia previamente definida, la cantidad de personas a servir, la cantidad de residuos generados por persona y por día (en kg y en m3) en el período de acopio (entre dos recogidas), y el nivel de servicio deseado. La Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN generó algunos de estos datos y tiene la capacidad de usar herramientas como los Sistemas de Información Geográfica para diseñar correctamente la ubicación y el volumen de los contenedores (o su número). Sin embargo, nada parece indicar que haya habido algún procedimiento parecido.
Incluso, cabe preguntarse si no hubiese sido más criterioso esperar a tener los resultados del Censo 2022 para contar con información certera (y actualizada!) de cuántas personas viven en cada barrio. Es llamativo también que para algunas zonas no se especifica dónde se ubicarán los contenedores. Es el caso de Procrear, Cerro Leones y la zona del Barrio Golf y el Paraíso, y Villa del Lago, es decir de 28 de los 128 contenedores. ¿Hubo apuro por sacar el pliego? ¿Cómo hicieron para cotizar las empresas, sin saber cuáles serían los recorridos a realizar para estas zonas?
Cabe preguntarse si no hubiese sido más criterioso esperar a tener los resultados del Censo 2022 para contar con información certera (y actualizada!) de cuántas personas viven en cada barrio
¿Quién y cómo se deciden las cosas?
Durante el 2021, se continuaron llevando adelante las distintas mesas de trabajo del Acuerdo del Bicentenario (ABC), donde el Municipio, la UNICEN y diferentes organizaciones participan en la discusión de diferentes temáticas y desarrollan una propuesta. Una de las mesas de trabajo busca desarrollar un “Plan Integral de residuos”. Esta mesa tuvo varías reuniones durante el 2021, aunque solo se llegaron a algunos acuerdos muy generales respecto a la gestión de los residuos. Sin embargo, durante este año solo se desarrollaron 2 reuniones de tipo “expositivas”, pero sin espacio de discusión para pensar y discutir la gestión de residuos de la ciudad. En paralelo, el Municipio decide avanzar, por supuesto sin consultar a los integrantes de la Mesa del ABC ni a lxs vecinos, con este nuevo sistema de recolección. Entonces nos preguntamos, ¿por qué el Municipio desarrolla espacios “participativos” si en realidad los actores no son consultados a la hora de desarrollar acciones concretas en la ciudad? ¿Los espacios del ABC terminan siendo, entonces, solo espacios para “entretener” a los actores mientras por el costado se toman las “decisiones trascendentes”? Cabe mencionar que tampoco hubo ninguna instancia de participación ciudadana, con vecinxs de las zonas que deberán modificar sus hábitos para adecuarse al nuevo sistema.
¿Por qué el Municipio desarrolla espacios “participativos” si en realidad los actores no son consultados a la hora de desarrollar acciones concretas en la ciudad?
Separación en origen no, propaganda sí
Para finalizar, debemos remarcar que en ninguna parte del pliego se incluye una cláusula relativa al posible reciclaje de residuos. Es decir, que la empresa privada se comprometió por 30 meses a llevar los residuos que junta al relleno sanitario (a este o a otro que, según el Municipio, no va a estar a más de 15 km del centro de la ciudad) y no hay ninguna cláusula que permita anular el pliego por razones como esta.
Eso sí, el Art. 60 indica que “El contratista preverá un plan de difusión de mensajes referidos al derecho de los habitantes de vivir en un ambiente limpio y saludable. Los mensajes serán claros y precisos, en ellos se deberá citar a la Municipalidad (...) Las campañas llevarán logotipos de la Municipalidad y de la empresa prestadora de los servicios”.
Conclusión: Más de lo mismo vs. necesidad de transformación socioambiental
El sistema de contenedores muestra claramente que nada cambia con el nuevo sistema. Se profundiza el Tandil para pocos, se toman decisiones de manera aislada, sin consensuar, y se seguirán juntando residuos mezclados con camiones compactadores que recorrerán decenas de kilómetros antes de ser enterrados en un relleno sanitario que ya ni siquiera sabemos si cumple bien su función. Se intenta dar una solución parcial a un problema superficial, que está en realidad relacionado con la falta de ordenamiento territorial urbano en una ciudad que crece de manera difusa porque se privilegian los intereses individuales.
La situación ambiental, relacionada al cambio climático, al uso del suelo, a la alteración de los ciclos biogeoquímicos y al consumo de agua dulce, entre otros, nos plantea un desafío sin precedentes. Debemos realizar transformaciones concretas en nuestros modos de producción y consumo y para eso necesitamos, por sobre todas las cosas, compromiso político.
Y es en este contexto que hay que analizar, también, este sistema que genera más dudas que certezas.
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